“Para que los zoológicos puedan cumplir con su misión de conservación, educación y generar conocimiento, es imprescindible que los animales estén en las mejores condiciones posibles de bienestar. A su vez, para conseguir eso, necesitamos herramientas objetivas y validadas científicamente que nos permitan evaluar el bienestar animal, identificar posibles problemas si los hubiera y monitorizar el efecto que tienen las estrategias que implementamos para mejorar el bienestar”.
Para Xavier Manteca – catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona y uno de los mayores expertos de España en biodiversidad – desarrollar y disponer de indicadores y protocolos universales, objetivos y científicamente contrastados de bienestar animal no solo es la clave para tener animales sanos, longevos y que se reproducen normalmente. Además, recuerda, “es algo urgente, porque los zoológicos son cada vez más necesarios para afrontar la crisis de la biodiversidad y necesitamos herramientas que nos permitan evaluar el bienestar de los animales”.
Manteca reconoce que en el campo general del bienestar animal se ha avanzado sobre todo en la evaluación del bienestar de animales de granja y domésticos, pero que, en el caso de los animales en zoológicos, la enorme diversidad de especies dificulta concretar los métodos de evaluación. “Para cada especie o grupo de especie necesitamos indicadores concretos validados para ese grupo taxonómico, con lo cual el trabajo realmente es ingente”, apunta.
Durante la segunda reunión del Grupo de Expertos en Biodiversidad, auspiciado por la Fundación Parques Reunidos, Manteca señaló que “si queremos aprender acerca del comportamiento normal de los animales para ayudar en los programas de conservación in situ en la naturaleza necesitamos animales que se comporten de forma normal. Y si queremos que esos animales sean un vehículo de educación necesitamos que las personas que visitan el zoológico se sientan a gusto y estén convencidas de que esos animales están bien”.
De ahí que el Grupo de Expertos en Biodiversidad, coordinado por Manteca, se haya puesto manos a la obra para abordar este asunto. “[…] La investigación sobre bienestar animal tiene que ser multidisciplinar: veterinarios, biólogos, personas que trabajan en zoológicos… Tiene que hacerse desde diferentes puntos de vista.»
Este grupo ofrece una oportunidad única en dos aspectos. El primero, identificar prioridades y hacer un plan de trabajo. El segundo, empezar a ejecutar ese plan de trabajo beneficiándose de ese carácter multidisciplinar del grupo y funcionando un poco como un catalizador. Manteca apunta también que el objetivo del proyecto es poder compartir el trabajo y sus resultados con otros expertos y actores externos al grupo. Éstos podrían después unirse a este esfuerzo por el bienestar animal, redundando en animales sanos, longevos y que se reproducen, contribuyendo a la conservación in situ y a la educación del público que visita los zoos.
El equipo de trabajo está formado por: